23/4/09

Margaret Hassan

I
Una mujer se pone un velo
Un velo en el rostro
Impudicia del pie desnudo de la modelo
De la planchita y del rouge lancom
Una mujer se pone un velo

Una mujer elige y habla otra lengua
Elige y piensa otra lengua
Elige y usa otro apellido
Elige el apellido del varón que más le gusta
Inmundicia de mi nombre occidental
Que violó todos mis sueños de mujer

Una mujer se pone un velo
Que dice no
Que aprendió a decir no
Lo estabas pidiendo
A gritos
Deberías aprender
A decir NO
Sobrevivir a eso
Una mujer se puso un velo

II

Explicarte lo que siento ante la evidencia incuestionable
La respuesta es simple.
La respuesta es fácil.
Sonreía, lisonjeaba, suplicaba ante las cámaras.

¿Tenemos derecho a decir que ya te has muerto?
Se nos olvida cuántas antes han estado en tu lugar
Ese lugar, del que no se sale

Este es mi cuerpo,
Estos, mis orificios
Con los que te levanto
Con los que me acuesto


Margaret, llora
Margaret, se desmaya
Un vaso de agua, a la cara
Para que vuelvas, a mí
Margaret, implora
A una mujer le sacaron su velo


III
Soy una muñeca vestida de musulmana
Soy una parte de mí
Una mujer
¿Por el resto de mi vida?
Que no se olvide
Soy una boca de arroz y leche
Una mueca horrible
Un pastel y un caballito
Soy preciosa
Una marioneta
Vestida de azul


A falta de lengua
Me dieron manos
De yegua
Para escribirte mejor

IV
Esta es mi lengua
Es mi propiedad, mi dirección
Es mi mundo, privado

Yo soy mía, mi dueña, de esta, mi lengua, que me han cortado, para que no hable, para que no vuelva a crecer, como la cola de una lagartija.

Nos construyo, lengua mía, sin andamios, sin red y sin paracaídas.

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